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4.1. La explotación minera:

 

El subsuelo español es rico en yacimientos mineros y su explotación masiva se inició a partir de la legislación de minas de 1868.

 

Destacaron por su importancia los yacimientos de plomo, cobre, mercurio y cinc.

 

Las dos principales actividades mineras de este periodo estaban relacionadas con el carbón y el hierro, debido a la expansión de la siderurgia.

 

Los yacimientos hulleros más importantes se hallaban en Asturias. Las principales minas de hierro estaban en Vizcaya.

 

 

 

4.2. La construcción del ferrocarril:

 

A pesar de iniciativas anteriores, la construcción de una amplia red de ferrocarriles tuvo que esperar a la Ley General de Ferrocarriles de junio de 1855.

 

Se necesitaba construir con rapidez el tendido el ferroviario para estimular el comercio interior y, por eso, la mayoría de materiales reimportaron, ya que no había suficiente hierro.

 

De esta forma, la siderurgia española no aprovechó la ocasión de beneficiarse del aumento de la demanda provocado por la construcción del ferrocarril.

 

Pero a pesar de las limitaciones, el ferrocarril tuvo efectos positivos para la economía española, ya que favoreció el traslado de personas y mercancías.

 

 

 

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