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4.1. La guerra Carlista:

 

La muerte de Fernando VII, su hija y heredera Isabel solo tenía tres hijos.

 

Para defender los derechos de su hija, su madre María Cristina, que era regente buscó apoyo de los liberales y así se una guerra civil que significaba el enfrentamiento entre absolutistas (carlistas) y liberales (isabelinos).

 

Los Carlistas, (nobleza agraria, clero y campesinado) eran los defensores del Antiguo Régimen.

 

Los Isabelinos, eran un  conglomerado de  interés y defendían el trono y sus privilegios. A ellos se le unió la burguesía.

 

La guerra duró siete años  (1833-1840). Pero los carlistas no consiguieron ocupar ninguna ciudad importante y el liberalismo se impuso claramente su dominio. El Convenio de Vergara puso el fin a la guerra.

 

 

 

4.2. Las reformas progresistas:

 

Existían dos clases de liberales:

 

-Los moderados que son los partidarios de las reformas más limitadas.

 

- Los progresistas, que querían desmantelar por completo la estructura del Antiguo Régimen.

 

En 1835 y 1837, un conjunto de leyes permitieron la disolución del régimen señorial, con lo que se liberalizó la propiedad agraria. Este proceso culminó con la Constitución de 1837 inauguró un largo período de monarquía parlamentaria  en España.

 

El progresista general Espartero fue nombrado regente. En 1843, Espartero dimitió y las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II y la proclamaron reina.

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